jueves, 18 de abril de 2013

Jordi Gracia, Guerra de mitos

"(...) No ha llegado, por fin, el momento de la revelación de secretos cobardemente callados por todos porque gran parte de ellos ya estaban aquí. Lo grave hoy sería mantener la inconsecuencia con aquellos avisos y con los nuevos datos y las nuevas pistas sobre el interior turbio o directamente errado del sistema. La ética democrática se fabrica en una basculación cíclica de verdades y mentiras, pero no de hegemonías presuntamente asfixiantes y únicas. Hoy en la balanza ética pesará legítimamente la denuncia de la mentira y el abuso del pasado, pero su productividad reformadora está directamente atada al hilo rojo de una vocación analítica que hoy parece pura invención pero existió y fue cierta, aunque no muy eficaz (pero eso tampoco es exactamente una novedad). Cambiar hoy de maniqueísmo equivale a resucitar la peor herencia intelectual que dejó el franquismo: la propensión morbosa a dar la batalla arrojándose mitos a la cabeza. Y el juego más pueril de todos sería hoy arrojar el mito de una Transición fraudulenta contra una Transición inmaculada." El País

El mito de la Reconquista y la visión tradicional de España aún perviven en los manuales de bachillerato | Público

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