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viernes, 28 de septiembre de 2018

"la infancia es más larga que la vida"

Ahora era, por decirlo así, una niña feliz de 86 años. Era, pues, muy tentador, le dije, hablar con ella de la niñez, pues ella había dicho alguna vez que “la infancia dura más que la vida…”. “Sí”, dijo, “la infancia es más larga que la vida. Quizá es una frase un poquito extraña, pero quien entiende, entiende”. ¿Y qué entiende usted en esa frase? “Yo creo que la infancia, y no sólo para mí sino para la mayoría de la gente, es algo que marca para siempre. Aunque la quieras olvidar no puedes… Y todo lo que se ha vivido de niño, por lo menos las cosas más llamativas, las que más te han impresionado, eso perdura a lo largo de los años”. Babelia






martes, 25 de septiembre de 2018

Matute y la palabra

"Porque escribir es, qué duda cabe, un modo de la memoria, una forma privilegiada del recuerdo; yo sólo sé escribir historias porque estoy buscando mi propia historia, porque acaso escribir es la búsqueda de una historia remota que yace en lo más profundo de nuestra memoria y a la que pertenecemos inexorablemente."


"Escribir es un descubrimiento diario a través de la palabra, y la palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva. Pero no la poseemos sin más, para utilizarla como un instrumento; si la tenemos es porque la consagramos a la búsqueda sin fin de una palabra distinta, no común, laboriosa y exaltadamente perseguida, pero que tan simple, tan sencilla resulta cuando la hemos hallado. Como la reconstrucción del instante en que alguien lloró por primera vez: un momento doloroso y difícil. Qué extraño e insólito, qué asombroso parece, y también, qué sencillo y verdadero. Porque todos y cada uno de nosotros llevamos dentro una palabra, una palabra extraordinaria que todavía no hemos logrado pronunciar. Escribir es para mí la persecución de esa palabra mágica, de la palabra que nos ayude a alcanzar la plenitud; ella es la cifra de mi anhelo: que esa palabra pueda llegar a alguien que la reciba como recibiría el viento un velero en calma sorda y desolada, una palabra que acaso le conduzca hacia la playa, una playa que a veces puede llamarse infancia desaparecida, que puede llamarse vida, o futuro, o recuerdo. Que puede llamarse «tú» o «yo».".

En el bosque. discurso leído el día 18 de enero de 1998 en su recepción pública por la excma. sra. doña ana María Matute (Madrid, 1998), pp. 28-29.

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