No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha
vivido.
Leopoldo María Panero, El que no ve (1980)
Bello
es el incesto
Bello es el
incesto.
Hay torneo de lanzas, y juegos
y el vino promete su derrame
para alegrar la unión
de los esposos.
Se decapitará a dos niños para saber si es buena
la sangre, y si así augura
una feliz unión para los siglos.
Cándido, hermoso es el incesto.
Madre e hijo se ofrecen sus dos ramos
de lirios blancos y de orquídeas, y en la boca
llevan ya el beso para desposarlo.
Y en la noche
de bodas, invitado
viene también el cielo: lluvia
y truenos
y los rayos, y el mundo entero convertido en lodo
para celebrar la unión
de los esposos.
Hay torneo de lanzas, y juegos
y el vino promete su derrame
para alegrar la unión
de los esposos.
Se decapitará a dos niños para saber si es buena
la sangre, y si así augura
una feliz unión para los siglos.
Cándido, hermoso es el incesto.
Madre e hijo se ofrecen sus dos ramos
de lirios blancos y de orquídeas, y en la boca
llevan ya el beso para desposarlo.
Y en la noche
de bodas, invitado
viene también el cielo: lluvia
y truenos
y los rayos, y el mundo entero convertido en lodo
para celebrar la unión
de los esposos.