Ahora que los historiadores denuncian la decisión
del ministro de Defensa de vetar la desclasificación de 10.000 documentos
militares de los años 1939 a 1968 que estaban listos para su publicación,
conviene recordar que también sobre la documentación histórica del Ministerio de
Asuntos Exteriores y Cooperación pesa el manto de un secretismo más
incomprensible aún, si cabe.
En octubre de 2010, siendo ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, el
Consejo de Ministros declaró materia clasificada la práctica totalidad de la
actividad diplomática del Estado, sin límite temporal alguno. Innumerables
investigaciones históricas se han visto interrumpidas desde entonces como
resultado de este cerrojazo documental, y muchas han tenido que abandonarse por
completo.
Cuando EL PAÍS denunció esta situación, impensable y sin
parangón en cualquier otra democracia, el actual titular de Exteriores, José
Manuel García-Margallo, anunció de inmediato una corrección. Sin embargo, casi
un año después los investigadores seguimos esperando que el ministro cumpla su
promesa.
Entre tanto, el señor García-Margallo decidió cerrar de la noche
a la mañana el archivo de Exteriores y transferir sus fondos al Archivo
Histórico Nacional y al Archivo General de la Administración, dependientes del
Ministerio de Cultura. La escasez de medios materiales y humanos en ambos
centros hace temer que no se pueda consultar un solo documento en años,
suponiendo que previamente se haya levantado la clasificación de secreto o
reservado que todavía pesa sobre todos ellos. Un panorama de pesadilla para la
investigación histórica.
Está en la mano de los máximos responsables de
Defensa, Exteriores y Cultura acabar con situaciones que no solo nos avergüenzan
a los historiadores españoles ante nuestros colegas extranjeros, sino que
vulneran el derecho de todos los ciudadanos a acceder a documentación pública de
carácter histórico insustituible para la reconstrucción de nuestro
pasado.
Carlos Sanz Díaz
Profesor de Historia Contemporánea,
Universidad Complutense de Madrid
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Lo que antecede es el
texto de la Carta al Director que EL PAÍS publicó en su edición del pasado 5 de
mayo y que puede consultarse en el enlace siguiente:
NOTA SOBRE ANTECEDENTES
La situación de los documentos
clasificados del Ministerio de Defensa ha sido denunciada recientemente por los
historiadores Francisco Espinosa Maestre, Mirta Núñez Díaz-Balart y Manuel
Álvaro Dueñas con el respaldo de un centenar de investigadores, entre ellos
Ángel Viñas y Paul Preston. Dos periódicos de tirada nacional se han hecho
eco:
Eduardo del Campo: “El búnker de la Historia de España”, El Mundo, 6 de
mayo de 2013.
Tereixa Constenla: “La ley de los secretos para siempre”,
El País, 8 de mayo de 2013.
Por otra parte, el periodista Antonio Rodríguez, pionero
en tratar esta cuestión, ha publicado recientemente en su blog en la revista
Tiempo documentación adicional de gran interés:
Sobre la situación de la documentación secreta y
reservada de Exteriores:
Miguel González, “Exteriores blinda todos sus
documentos”, El País, 3 de junio de 2012.
Miguel González, “Exteriores revisará el acuerdo que
declara secretos todos sus documentos”, El País, 5 de junio de
2012.