En las últimas semanas, elEconomista ha informado a sus lectores sobre la nueva estrategia comercial de Mercadona, que ha puesto en pie de guerra a los consumidores y a la industria agroalimentaria española tras expulsar de sus tiendas 1.200 productos de las principales marcas.
A la empresa no le gustaron estas informaciones e intentó presionar a elEconomista, amenazando a través de terceros con ir a otros medios a intentar contrarrestar los datos, emprendiendo acciones judiciales y, por último, ofreció dinero por silenciarnos.
Sin emitir nunca un desmentido oficial, y tras la negativa de elEconomista a firmar un acuerdo comercial con Mercadona, en favor siempre de la independencia hacia nuestros lectores, el pasado martes, Roberto Centeno, el consuegro de Juan Roig y padre del empresario que está comprando a los fabricantes de marca blanca de Mercadona, arremetió con violencia y sin venir a cuento, en una tertulia de la Cadena Cope, contra este diario.
Seguir informado
elEconomista quiere agradecer las múltiples muestras de apoyo, tanto de los consumidores como de empresas de todo tipo de sectores, que se recibieron ayer, tanto a través de nuestra página web como de forma personal. Por todo ello, anuncia que no se dejará amedrentar y seguirá informando de forma rigurosa de las repercursiones que la nueva estrategia de Mercadona está provocando, le guste o no le guste a la compañía afectada y al margen de los movimientos que ésta pueda llevar a cabo.
Este diario se debe sólo a sus lectores y seguirá dando cuenta de la batalla comercial abierta en el sector. Empresas como Danone, Nestlé, Leche Pascual, Fontaneda, Calvo, Vileda, Bimbo o Campofrío, entre otras muchas, han sufrido la expulsión total o un recorte masivo de sus productos, con el consiguiente impacto en su volumen de facturación. La situación es tan grave que la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) ha pedido ya la intervención de las comunidades autónomas para sancionar a la empresa que preside Juan Roig.
Ante el temor a represalías por parte de la cadena, la mayoría de las empresas prefiere mantener el anonimato y actuar en el seno de patronales o asociaciones del sector, como Promarca o el Foro de Marcas Renombradas. Todas, salvo la andaluza Hojiblanca, la mayor cooperativa española de aceite, que pidió un boicot a los supermercados valencianos tras denunciar que querían sustituir su aceite. La industria alimentaria ha aplaudido su valentía en la denuncia.
Así lo ha contado y lo seguirá contando este periódico.
Fuente: elEconomista.