jueves, 29 de enero de 2009

La huelga según la prensa española

RTVE.es

Miles de personas han salido a las calles de París para protestar en la primera huelga general de la era Sarkozy.
  • En torno a un 40% de los ferroviarios secunda la huelga general
  • También se suman los empleados de France Telecom, La Poste y EDF
  • Funcionan el 35% de los trenes regionales en Francia
  • Air France ha suspendido seis vuelos entre Madrid y París
Más de un millón de franceses han dejado de trabajar este jueves, sobre todo en el sector público, en una jornada de huelga general convocada por ocho sindicatos y la oposición contra la política de Nicolas Sarkozy ante la crisis económica.

Entre los funcionarios más de un 23% están secundando la huelga, que ha afectado también a la programación de las emisoras de radio y cadenas de televisión públicas. Lo que significa que un cuarto de los cinco millones de empleados públicos secundan la movilización que también está teniendo un gran eco en France Telecom, La Poste (el servicio de correos) y Electricidad de Francia (EDF).

La mayoría de los colegios han cerrado sus puertas, aunque hay guerra de cifras entre el Ministerio de Educación y los sindicatos. En primaria los datos oficiales de seguimiento son del 47,9% y del 28% en secundaria pero las centrales sindicales elevan las cifras al 67,5% y al 60%, respectivamente.

También hay discrepancias sobre el seguimiento del paro en la empresa de ferrocarriles SNCF según la dirección lo están secundando el 36,7% de los trabajadores y el sindicato CGT eleva la cifra al 41% de los empleados.

Se espera que cientos de miles de personas acudan a las 200 manifestaciones que están convocadas a primera hora de la tarde.

Vuelos cancelados

Air France ha cancelado seis vuelos, entre Madrid y París, tres de salida y otros tres de llegada. Otras compañías, como Iberia o Air Europa, que operan vuelos entre Barajas y los aeropuertos franceses tenían previsto cancelar al menos una docena de rutas hasta las siete de la mañana del viernes.

En el aeropuertos de Roissy-Charles de Gaulle se han eliminado el 12% de los vuelos y el 35% en Orly y los retrasos se acumulan.

La circulación de los trenes regionales y los de la región de París se ha visto seriamente afectada ya que sólo realizan sus trayectos habituales el 35% de los trenes en varias regiones según la SNCF (la Renfe francesa). Desde el miércoles por la tarde no circula ningún tren nocturno ni nacional ni internacional por Francia.

Circulan pocos trenes regionales

En la red de trenes regionales expresos que comunica la capital con Île-de-France, la línea norte-sur está parcialmente bloqueada y en el eje este-oeste sólo circula un tren de cada cinco, los suburbanos (Transilien), que sólo circulan en un 40%, y el Corail, limitados al 30%. El metro de París funciona al 75% y los autobuses metropolitanos al 85%.

La SNCF tiene previsto mantener el 60% de los trenes de alta velocidad y han asegurado que las líneas del Eurostar y del Thalys que unen Francia con el Reino Unido y Bélgica no verán reducida su frecuencia.

En todo el país se han presentado preavisos de huelga en la red de transporte en al menos 77 localidades. En Lyon, por ejemplo, el metro funcionaba al 68% y había un 10% de trenes mientras que en Marsella no había metro y circulaban el 35% de los autobuses.

De momento, no se han producido incidentes. Esta es la primera huelga general que se realiza en Francia tras la aprobación de la ley de servicios mínimos.

Según Libertad Digital:



Según El País.

Cientos de miles de franceses salen a la calle a defender sus empleos
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA | París 29/01/2009

Las protestas, convocadas por sindicatos y partidos de izquierda para reclamar medidas contra el paro y menos ayudas a los poderosos, toman las calles. Los transportes y la enseñanza, los sectores más afectados por la huelga en Francia Cientos de miles de franceses salen a la calle convocados por sindicatos y partidos de izquierda para reclamar medidas contra el paro y menos ayudas a los poderosos

La huelga general convocada este jueves en Francia por ocho sindicatos ha sido seguida masivamente en el sector de la educación y de una manera desigual en otros sectores. Según el Gobierno, alrededor del 23% de los funcionarios habían decidido no ir a trabajar para protestar por el aumento del paro y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Los profesores, sin embargo, han seguido masivamente el paro: hasta un 60% de ellos, según los sindicatos. En los hospitales han parado cerca del 23% de los trabajadores. Los empleados ferroviarios pararon en un 40%. El paro ha afectado principalmente a líneas ferroviarias y aeropuertos. La jornada ha culminado con manifestaciones, en las que han participado cientos de miles de ciudadanos.

París ha sido el escenario de la manifestación más multidunaria. Varias decenas de miles de personas han salido de la Plaza de Bastilla, convocadas por los sindicatos, entre ellas la secretaria general del Partido Socialista, Martine Aubry, que ha criticado a "un presidente que se mantiene mientras nos ha metido en la recesión con su política, incluso antes de que llegase la crisis financiera".

Además de la de París, ha habido manifestaciones en las principales ciudades del país. Según el sindicato CFDT, el segundo en importancia de Francia, más de 1,5 millones de personas han salido a la calle en lo que considera las "mayores manifestaciones por el salario desde hace 20 años". La policía rebaja la crifa a la mitad.

Problemas de transportes

El transporte público funcionó, en París, mejor de lo que estaba previsto. De hecho, el metro, que constituye el eje de la movilidad de la ciudad, no estuvo parado en ningún momento. Es más: según datos de la empresa, circularon hasta el 75% de los trenes. Era fácil descubrirlo en la calle: no hubo muchos andenes atestados (o no muchos más que en un día corriente) y viendo la frecuencia de determinadas líneas, daba la impresión, por momentos, de que la huelga era un espejismo.

Sin embargo, el paro fue más seguido en las líneas de cercanías. Una de estas líneas estuvo inutilizada completamente. Otra funcionó al ralentí durante toda la mañana. En Marsella, eso sí, las dos líneas de metro de la ciudad cerraron completamente.

Ambiente más apagado

En la calle, por la mañana, el ambiente era el de una ciudad un poco más apagada que de costumbre. Pero no paralizada. Los comercios, tiendas, supermercados y restaurantes estaban abiertos. Los taxistas se quejaban de tener menos clientes de lo normal. El gran atasco previsto no se produjo: al contrario; el tráfico en las entradas de París fue algo más fluido que de costumbre, debido a que muchos trabajadores madrugaron más o se quedaron en casa, bien porque estaban de acuerdo con la huelga, bien porque se pidieron un día libre para evitar quedar atrapados en una ciudad que pensaban que iba a convertirse en una ratonera y que, finalmente, no lo fue.

Por su parte, diversos representantes del Gobierno aseguraron ayer que hay que escuchar la protesta de la calle, que comprenden la inquietud de los trabajadores, pero que las medidas adoptadas son las correctas y que no las van a cambiar.

Las razones que arguyen son varias: el paro, situado en un 7,3% a final de año pero que subirá este mes (cuando Nicolas Sarkozy llegó al poder se situaba en el 8,7% y la media de la UE en el 8,6%); la pérdida de poder adquisitivo y de nivel de vida de los trabajadores, y la convicción de que el Gobierno de Sarkozy, frente a la crisis económica que sacude Francia y que la está hundiendo en la recesión, sólo arbitra medidas para acudir al rescate de los más poderosos: los bancos y los empresarios.

Los sindicatos están convencidos de que el paro alcanzará una cifra récord y de que hay motivos para llevarlo a cabo. Bernard Thibault, secretario general del sindicato CGT, lo expresaba así en una entrevista en Le Parisien: "No podemos aceptar que los trabajadores seamos los únicos que pagan las consecuencias de la crisis. También necesitamos, como los bancos, garantías: pero garantías para la vivienda, para la jubilación...".

Las aerolíneas cancelan una quincena de vuelos con España

La huelga general convocada para hoy en Francia afectará también a los aeropuertos y las conexiones aéreas con España. Así, Air Europa ya eliminó ayer de sus operaciones, 6 vuelos entre Barajas y París-Orly, y una ruta Málaga-París/Charles de Gaulle-Málaga. Además, no se descarta en función de cómo evolucione el día que se anule el trayecto entre Madrid y París-Orly de última hora de hoy.

Iberia, por su parte, ha cancelado desde primera hora otras tres conexiones de Madrid a París con sus correspondientes regresos, así como una ruta Barcelna-París-Barcelona. En general, las compañías que operan vuelos entre Barajas y los aeropuertos franceses tienen previsto cancelar al menos una quincena de rutas entre las 19.00 horas de ayer y las 07.00 de mañana viernes y, a primera hora de la mañana, se registraban retrasos generalizados de media hora.

La compañía aérea Air France ha anulado el 30% de los vuelos de corto y medio recorrido que operan desde el aeropuerto parisino de Orly y alrededor del 10% desde el Charles de Gaulle debido a la huelga. Los pasajeros podrán acceder a una información actualizada en tiempo real en la página web de la aerolínea y pueden también llamar al teléfono de Air France 3654; enviar su número de vuelo por SMS al 6 3654 o contactar con su agente de viaje.

Desde a administración, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) ha recomendado a las aerolíneas que anulen un 30% de los vuelos en el aeropuerto parisino de Orly y un 10% en el de Charles De Gaulle, en previsión de las "importantes perturbaciones que sufrirá el tráfico aéreo".

Por último, Easyjet ha señalado que "esperará a conocer el seguimiento de la protesta antes de modificar su programación". Barajas opera cada día una media de 116 vuelos entre el aeropuerto madrileño y los franceses de Toulousse, Nantes, Burdeos, Niza, Marsella, Lyon, Rennes, Clermont, Estrasburgo, Lille y París.

Según El Mundo.

El 'jueves negro' no hace temblar el trono de Sarkozy


Manifestantes en París | AFP

Manifestantes en París | AFP

  • El 75% de los funcionarios y el 85% del sector privado ha acudido al trabajo
  • Sindicatos e izquierda revindican el peso de las protestas, pese a pobres cifras

No ha habido jueves negro en Francia ni ha temblado el trono de Sarkozy. Los sindicatos y la izquierda revindican la envergadura de las manifestaciones frente a las cifras exiguas de la policía, aunque la incidencia de la huelga ha resultado finalmente bastante modesta.

El 75% de los funcionarios ha acudido al trabajo. Igual que lo ha hecho el 85% de los empleados del sector privado. El dato es relevante porque demuestra que no se ha producido el efecto contagioso que temía el jefe del Estado. De hecho, sus ministros se decían esta misma tarde confortados por la tranquilidad y la modestia con que se ha resuelto el 29-E.

Se trataba de la primera gran huelga nacional que Sarkozy lidiaba desde que fue elegido en primavera de 2007, pero no ha habido lugar ni al caos ni a la parálisis. El metro parisino, por ejemplo, funcionó al 75% de su rendimiento, y los autobuses circularon con una frecuencia casi normal.

Sin graves desajustes

Tampoco ha habido graves desajustes en el transporte aéreo ni en las líneas férreas. Menos aún en el servicio de correos —25% de huelguistas—, en los hospitales (21%) y en la compañía eléctrica nacional (23%).

A efectos compensatorios, sin embargo, los sindicatos franceses destacan el paro en la educación –en torno al 50%- y subrayan la musculatura de las manifestaciones. El líder de la CGT, Bernard Thibault, proclamaba que un millón de personas desfilaron este jueves en París, aunque las cifras oficiales de la prefectura rebajan la cifra de la manifestación a 65.000 sujetos. "Es la mayor movilización de los trabajadores en los últimos 20 años", jaleaba François Chérèque en nombre de la central CFDT. "Sarkozy tiene que dar respuesta al desasosiego y los temores de la gente. No puede seguir aliado a la patronal y completamente pasivo ante la crisis".

Ha funcionado la ley de servicios mínimos. Tanto como no parece haberlo hecho la heterogeneidad con que los sindicatos han organizado la huelga. No había unas reivindicaciones concretas ni una hoja de ruta común, más allá de la animadversión unánime a la figura del presidente francés.

El Partido Socialista, en estado de crisis, se adhirió para afirmar el papel de oposición, aunque la repercusión discreta de los paros no va ayudarle demasiado a recuperar la credibilidad ni la reputación.

No ha habido grandes atascos ni desórdenes escolares. Las familias se repartieron a los niños en las casas y las zonas noble-turísticas de la ciudad respiraron normalmente. Tampoco hubo problemas de abastecimiento en el servicio de bicicletas municipal ni cerraron en absoluto los negocios.

Sarko, ante un país regicida

Aunque no era un día exactamente normal. Muchas emisoras informativas rellenaron este miércoles la programación con música y los periódicos aparecieron frescos en el quiosco únicamente porque no van a hacerlo este viernes.

Un retraso que permite leerse los editoriales entre dos extremos difícilmente conciliables: ¿Es una huelga puntual, un aviso, o el inicio de una campaña callejera contra Sarkozy?

El presidente francés es consciente de que maneja un país regicida. También sabe que su arrogancia se le puede atragantar. Sobre todo por haber dicho que desde que el gobierna ya no hay huelgas en Francia.

La de este jueves se la han organizado los sindicatos por haberles sustraído a los compatriotas la promesa del poder adquisitivo y por seguir adelante con el programa de reformas unilaterales, aunque unas y otras movilizaciones también responden al guión del psicodrama de la crisis económica.

Y eso que Francia no está en recesión y que el paro permanece por debajo del 8%. ¿Qué ocurriría con los datos de la economía española?

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NOTA. El ejercicio debe completarse con otros medios españoles y la propia prensa francesa) El artículo que firma Rubén Amón, corresponsal de El Mundo en París es un claro ejemplo de lo que no es (o no debiera ser) el periodismo. La última frase merece figurar en una antología del disparate, es de lectura obligada en cualquier facultad de periodismo. Javier


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