- El ministro cree que "no es lógico" que los catalanes reciban menos que la media
- La previsión es que haya pacto sobre financiación y Cercanías antes del verano
El Periódico. NEUS TOMÀS BARCELONA
El vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, se desplazó ayer a Barcelona con el encargo de calmar el enojo del Govern y, de momento, parece que lo ha conseguido. Aunque eso no significa que el tripartito se fíe de sus buenas palabras, tal y como se evidenció tras la reunión y posterior almuerzo que mantuvo con el president, José Montilla. Chaves, a quien Montilla definió como un viejo conocido y amigo, reconoció que el tripartito catalán tiene motivos para quejarse y, una vez entonado el mea culpa, se comprometió a atender una de las reivindicaciones del Govern en materia de financiación: Catalunya, después de contribuir a la solidaridad con el conjunto de comunidades autónomas, no quedará por debajo de la media española.
La última propuesta que presentó el Gobierno central, rechazada de plano por la Generalitat, dejaba la renta per cápita de Catalunya tres puntos por debajo de la media. Situando esta media en 100, el índice catalán se quedaba en 97, tres puntos más que ahora, pero lejos de los 121 de antes de la nivelación. El Govern rechaza cualquier oferta que no implique que la renta quede por debajo de los 103 o 105, como adelantó EL PERIÓDICO. "No es lógico que la financiación per cápita de Catalunya esté por debajo de la media", asumió Chaves. No concretó más, sobre todo porque a quien le corresponde hacerlo es a la vicepresidenta económica, Elena Salgado.
PALABRAS Y HECHOS
Salgado, sucesora de Pedro Solbes, recibirá mañana en Madrid al conseller de Economia, Antoni Castells. Será entonces cuando se podrá evaluar la concreción de las buenas palabras de ayer. La intención del Ejecutivo central es obtener el acuerdo en mayo, y Salgado no convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera hasta que no haya cerrado el pacto con el Ejecutivo catalán. Además, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no quiere que la financiación sea motivo de controversia electoral (y de pérdida de votos en un feudo como Catalunya) en la campaña de las europeas del 7 de junio. De todas formas, Montilla, escarmentado ya por tantos incumplimientos, ayer se escudó en un lacónico "esperemos que pueda ser lo antes posible", y evitó así dar por bueno el nuevo compromiso del Gobierno central.
LA MÚSICA
Fuentes cercanas a Castells aseguraron que la música que interpreta el nuevo Ejecutivo del PSOE suena bien, pero que es precipitado darla por buena hasta que no se empiece a precisar un nuevo modelo y a acordar las cantidades. Chaves se limitó a asegurar que el próximo sistema inyectará más de 8.000 millones de euros al conjunto de las autonomías. El Govern calcula que esta cifra debería alcanzar, como mínimo, los 12.000 millones. En el PSC también son prudentes y apuntan que el optimismo exhibido por Zapatero, Chaves o la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega contrasta con la cautela pública que ha mostrado Salgado.
CONFIANZA EN FOMENTO
Chaves, que se ha propuesto resolver lo antes posible "los problemas enquistados" entre ambas administraciones, se comprometió a solucionar uno de los que lleva más tiempo pendiente: el traspaso de Cercanías. El nuevo ministro de Fomento, José Blanco, tiene intención de visitar Catalunya cuanto antes, aunque de momento no hay hecha fijada porque, como reconocen en la Generalitat, no quiere que su visita se limite a la cortesía y pretende que sirva para realizar algún anuncio.
Como aperitivo, Chaves ayer se le avanzó y ratificó que antes del verano, incluso podría ser el mes que viene, el Gobierno confía en que podrá cerrar la transferencia de Cercanías. Blanco quiere abrir una nueva etapa, después de la mala relación que el Govern mantuvo con su antecesora, Magdalena Álvarez. Su homólogo en la Generalitat, el conseller Joaquim Nadal, elogió ayer la "gran disposición" del nuevo ministro, con el que ha mantenido ya un contacto "continuado" telefónico y con intercambio de documentos.
"GRANDES ANUNCIOS"
El presidente de CiU, Artur Mas, enmarcó la reunión de Montilla y Chaves en la "estrategia de grandes anuncios " pero sin "contenido". Como era previsible, también el PPC criticó el encuentro porque, en su opinión, el president salió del encuentro con "las manos vacías". Y ERC e ICV, desconfiaron de las nuevas promesas.
